lunes, 27 de abril de 2015

Sigur ros Kveikur

Reventando las vísceras de su propio sonido…por: Leonardo D. Cuecueha López

Para los que gustamos de la música de Sigur Ros, es muy gratificante saber que la salida de su tecladista  (Kjartan Sveinsson), no afecto para nada la genialidad de este fenomenal grupo, a sabiendas de que este genio de los sintetizadores era quien le daba personalidad, finura y equilibrio melódico a sus composiciones; aun así el disco no pierde nada de estos elementos, ni mucho menos es de peor calidad, si tú eres de aquellas personas que gusta de la progresión de elaborados acordes de guitarra (a lo Robert Fripp de King Crimson) debes escuchar como hacen lucir sutilmente las cuerdas en este disco, mezclado con las percusiones (las cuales elevan su sonido después de 5 discos atrás) que le dan definitivamente un toque más pesado…desde los primeros 30 segundos después del inicio de “Breeisteinn” comenzaras a agitar los brazos cual si tú estuvieras tocando la batería, pareciera que Patt Mastelotto es el encargado de las percusiones del disco, pues su mezcla regresa un poco del sonido rockero de los años 70´s.
Si eres de los que les agrada no solo oír a un solo grupo de rock, permíteme recomendarte ampliamente escuchar a estos islandeses, seguramente cualquier canción, de cualquier disco que escuches de estos geniales músicos te atrapara…algunos dicen que es música satánica ¿Por qué? Quizá porque desde el primer momento en que la escuchas te engancha, y no es para nada pop, al contrario (y más en este último trabajo de la banda [y al no contar con su tecladista]) manejan perfectamente la armonía para crear un campo sonoro más amplio que cualquiera que puedas oír, es decir, pueden manejar fácilmente tonos menores y mayores para aparentar un canción alegre y repentinamente bajar una octava y ser una triste melodía, incluso más que el propio blues.
Concentrándonos en el disco en cuestión, y desde el tema de apertura, se escucha un Sigur Ros más divagante, (incluso desde su portada y sus interiores que son obra de Sigga Björg quien ya fuera ilustradora del grupo en ocasiones pasadas) nos hacen pensar en un posible ciclo de la vida humana y animal en el cual somos creados cual si fuéramos máquinas y siempre seguimos el mismo camino que nos lleva ciegamente a ser devorados por un monstruo gigante (es por eso que hay siluetas de peces, aves, mamíferos y humanos, pues todas tienen el mismo prisma lo que nos refiere a que, podremos ser distintos físicamente, pero todos tenemos el mismo destino. Somos simples objetos en la vida. Algunos intérpretes relacionan estas ilustraciones con el capitalismo, socialismo y algunos otros sistemas que afectan al mundo humano aunque no se sabe que quieren representar con ciencia cierta. Aun así es un disco conceptual en el que sus piezas guardan similitud con la portada, es decir, son oscuras pero muy buenas canciones.
El éxito que ha alcanzado este álbum desde hace ya un año y medio no son simple casualidad, son el resultados que ya se ha venido arrastrando desde Agaetis byrjun (1999) el cual posiciono a sigur Ros entre una de las bandas más creativas e inconformes de la actualidad, ha sido tan gran éxito este último trabajo que rápidamente alcanza puestos muy altos entre sitios más reservados de la música en países como Inglaterra, Islandia, Alemania, Bélgica por mencionar algunos.

Si quieres ver cómo trabajan estos chicos te recomendamos ver el documental Heima dirigido por el canadiense Dean DeBois donde una cámara meticulosa acompaña a sigur ros a lo largo de su trayectoria, en sus inicios cuando ofrecían conciertos gratuitos, hasta la culminación de su gira del disco Takk de 2006, es decir es un retroceso al pasado.

Ciertamente es difícil describir la música de Sigur ros, por lo que nos limitamos a hacer una descripción humilde de su gran obra, pues lo único que podemos hacer es recomendarte a este gran grupo.

Aquí os dejamos un vídeo del sencillo del disco...disfrútenlo!!!!!! 



 

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